Angie Orjuela, la maratonista que convirtió la maternidad en su mayor fortaleza

20·MAYO·2025
Angie Orjuela, atleta del Equipo Bogotá, ejemplifica la tenacidad y el amor como deportista de élite y madre. Su historia es una fuente de inspiración.
Angie Orjuela, madre del Equipo Bogotá en lo más alto del olimpismoFoto: IDRD
Angie Orjuela, una madre que lleva a Bogotá a lo más alto del olimpismo

¡En ‘Bogotá, mi Ciudad, mi Casa’ honramos a nuestros deportistas! En el exigente mundo del alto rendimiento, donde la disciplina y la resiliencia son pilares fundamentales, Angie Orjuela del Equipo Bogotá, brilla con luz propia. Maratonista olímpica y, por encima de todo, madre. Su historia es un testimonio de superación que inspira a toda Bogotá y al equipo del Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD).

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La reciente clasificación a sus terceros Juegos Olímpicos, en París 2024, es solo un capítulo más en una vida marcada por los desafíos y la determinación. Nacida en Ciudad Bolívar al sur de Bogotá, en un entorno que ella misma describe como “bien difícil”, encontró en el atletismo una vocación tardía.

“Jamás me imaginé ser deportista porque siempre he sido muy nerviosa”, confiesa Angie Orjuela del Equipo Bogotá

El giro definitivo llegó en 2013, con el nacimiento de su hija, un acontecimiento que transformó su vida personal y profesional.

“Aunque sí planeaba tener una hija, no era el momento, se adelantó un poco, pero los planes de Dios son perfectos”, afirma con convicción.

Convertirse en madre en pleno ascenso profesional fue un desafío monumental.

“Precisamente estaba en mi mejor momento”, recuerda, justo cuando había firmado con un equipo importante.

La noticia del embarazo trajo consigo la creencia de que la carrera de una deportista termina con la maternidad, pero Angie decidió romper ese paradigma.

“Fue una lucha en todos los sentidos”, admite. La falta de apoyo económico y la incertidumbre la llevaron a pensar que había perdido su oportunidad. “Llegó mi hija y me quedé sin un peso. Pensé: ‘Desaproveché todo lo que había logrado’”. Sin embargo, fue su hija quien la impulsó a seguir adelante.

“Ahora no solo soy yo, es mi hija y el ejemplo que debo darle. Ella sigue siendo mi mayor motivación. Quiero enseñarle que todo cuesta, pero con trabajo y dedicación, es posible”.indicó Orjuela

Esta nueva perspectiva la llevó a planificarse y organizarse para lograr su clasificación a los Juegos Olímpicos de Río 2016, apenas un año y medio después de ser madre.

“Mi hija fue ese empujón para querer ser todavía mejor”, reitera. Angie también descubrió que, tras la maternidad, muchas mujeres logran una fortaleza física y emocional renovada.

Hoy, su vida transcurre entre entrenamientos exigentes y las responsabilidades de ser madre. Las madrugadas no solo son para correr, sino también para alistar la lonchera, la maleta del colegio y compartir esos momentos esenciales con su hija.

“Ser madre no es una pausa en mi carrera; es un motor. Quiero que mi hija vea que los sueños se construyen con esfuerzo”, enfatiza.

Cada logro deportivo es también una lección de vida. Angie busca transmitirle a su hija valores de resiliencia y pasión, consciente de que su ejemplo trasciende las pistas. “Cuando corro, lo hago también para que ella entienda que los límites están en nuestra mente”. A su vez, su hija le ha enseñado a ser más disciplinada y a valorar cada instante.

Su clasificación a París 2024, con una marca de 2:25:35 récord sudamericano en su momento es testimonio de su tenacidad. Pero más allá de los tiempos y las medallas, el verdadero triunfo de Angie radica en su admirable equilibrio entre la maternidad y la excelencia deportiva. Su esposo y entrenador, Andrés Camilo Camargo, ha sido un pilar fundamental en este camino, compartiendo la visión de formar a las nuevas generaciones.

Angie sigue corriendo por algo mucho más grande: demostrarle a su hija, a Bogotá y al mundo que la maternidad no es un obstáculo, sino un potenciador de sueños. Su historia, forjada entre las pistas del parque El Tunal y el calor de su hogar, es un faro de esperanza y un recordatorio de que, con amor y determinación, no hay meta inalcanzable.

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Desde el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) se celebra a Angie Orjuela, la madre que corre hacia sus sueños, la atleta que inspira con cada zancada, la mujer que ha convertido la maternidad en su más grande victoria.

Este contenido fue creado a partir de la información proporcionada y difundida por  Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD) https://www.idrd.gov.co/ . El artículo fue curado por un o una periodista del Portal Bogotá.
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