Con la llegada de la pandemia la educación dio un giro de 180º afectando en gran manera a niños y niñas quienes día a día se levantaban con la esperanza de ir a sus colegios para recibir sus clases, jugar en los recreos y seguir con sus procesos de formación. Ahora que muchos estudiantes regresan a las aulas continua la reactivación del piloto "Niñas y Niños Primero", un programa que tiene como propósito incentivar el uso de la bicicleta como medio de transporte sostenible para el desplazamiento de los niños hacia sus entidades sostenibles.
Las dos entidades tuvieron en cuenta que las clases seguían bajo la modalidad de la virtualidad y que debían generar un plan para que los pequeños y pequeñas beneficiarios del programa pudieran tener espacios en donde pudieran desarrollar actividades físicas y así salir de la rutina. Fue así como aprovecharon y que gracias a lo estipulado en el Decreto 193, los niños podían hacer uso de los parques barriales para desarrollar actividades físicas por un tiempo limitado.
De acuerdo a lo anterior se dio luz verde a la reactivación del programa Al Colegio en Bici y Ciempiés, organizaron inicialmente jornadas con grupos de máximo 6 niños, en donde los llevaban a estos parques para el desarrollo de las actividades, aprovechando para sensibilizarlos en temáticas como la nueva realidad y de qué manera se podía hacerle frente desde una manera pedagógica. Los parques escogidos por los guías estaban ubicados en un radio de circunferencia de máximo 1 kilometro de distancia del lugar de residencia de los beneficiarios del programa, además de usar todos protocolos de bioseguridad, uso correcto del tapabocas, antibacterial y el distanciamiento social permitido.
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Programa Niñas y Niños Primero
De acuerdo con la Secretaría de Movilidad, en los primeros meses del año más de 2.000 niños estaban siendo beneficiados con las caravanas al colegio a pie y en bicicleta. Por el aislamiento preventivo obligatorio a causa de la pandemia por el COVID-19, los proyectos limitaron sus actividades a plataformas no presenciales mediante el desarrollo de actividades lúdicas y guías pedagógicas sobre cultura vial, cuidado personal, familiar, del medio ambiente y aplicación de medidas sanitarias para prevenir la propagación y el contagio del virus.
“Para mí ha sido un orgullo trabajar en pro de la movilidad escolar sostenible, pues siento que le aporto un grano de arena a niñas y niños, padres de familia y comunidad en general que necesitan de esta iniciativa. Ver en sus rostros una sonrisa es la mejor recompensa que uno puede recibir por el esfuerzo diario y esto alimenta el espíritu, aún más en una sociedad que cada día necesita más acciones como estas, que resaltan la importancia de convivir en sociedad, el respeto por la vida, la solidaridad con los actores viales más vulnerables y de esta manera avanzar como ciudad”, Christian Camilo Medina, Coordinador operativo de la iniciativa
Guías Escolares
Son fundamentales para el desarrollo de esta iniciativa, pues cumplen roles que van desde la estructuración de los recorridos hasta la generación de confianza en los pequeños ciclistas. Actualmente la iniciativa cuenta con un equipo de 222 guías y 12 líderes dedicados a trabajar por la iniciativa.
"Aprender a montar en bici es una de las actividades más divertidas de nuestra infancia y es algo que nunca se olvida: transforma a las niñas y los niños, los vuelve más activos, conscientes y responsables de su ciudadanía y del ambiente, pero, sobre todo, les da libertad y autonomía", David Uniman, Gerente de la Bici.
En estos talleres los participantes aprenden sobre las normas de tránsito, los comportamientos adecuados que deben tener como ciclistas, las medidas de seguridad necesarias para proteger tanto su vida como la de sus compañeros y la parte mecánica de la bicicleta. Al finalizar los talleres, los estudiantes reciben su bicicleta y un kit de seguridad compuesto por casco, chaleco reflectivo, chaqueta impermeable, bandana, herramienta multipropósito, mini bomba, candado para bicicleta, elementos para el despinche y portaherramientas. Con la información y los elementos de protección necesarios, las niñas y los niños pueden comenzar a rodar por las rutas de confianza. En las mañanas, las rutas inician en los puntos de encuentro y terminan en la institución educativa, mientras que en las tardes arrancan en la institución educativa para finalizar en los puntos de encuentro.
Estos puntos de encuentro se acuerdan previamente con las madres, padres o acudientes, teniendo en cuenta la cercanía a su hogar, con el fin de integrar a las familias de los pequeños ciclistas y hacerlas parte de la responsabilidad que implica protegerlos y acompañarlos a los lugares programados por cada ruta.