Luego de que se radicara el proyecto del Plan de Ordenamiento Territorial en el Concejo de Bogotá, la alcaldesa, Claudia López, explicó el POT: Bogotá Reverdece 2022-2035, que fue construido con participación ciudadana; que cumple con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que fue estructurado en concordancia con los propuesto en las urnas.
A continuación, el discurso que entregó la Alcaldesa Mayor durante el evento de presentación del Plan de Ordenamiento Territorial ante la ciudadanía, que se llevó a cabo en la Alcaldía de Bogotá.
Muy buenos días para todos y todas, es un gusto tenerlos en esta, su casa, la Alcaldía Mayor de Bogotá, a los miembros de nuestro gabinete y a todos los servidores públicos de la alcaldía, los concejales y concejalas de la ciudad; a los senadores y representantes a la cámara de nuestra ciudad; a nuestros alcaldes y alcaldesas locales; a los hombres y las mujeres; y todos los miembros de nuestro Consejo Territorial de Planeación del Distrito; a los empresarios, los microempresarios y los innovadores de nuestra ciudad; a los diferentes representantes gremiales de los diferentes consejos consultivos de nuestra ciudad; consejo consultivo de mujeres, de ambientalistas, de niños y niñas, de sabios y sabias; y a todos los sectores sociales de nuestra ciudad; a los amigos de nuestra región metropolitana Bogotá - Cundinamarca, de la Gobernación de Cundinamarca; a los colegas y alcaldes de nuestros municipios vecinos; Juan Carlos Saldarriaga, nuestro Alcalde de Soacha, y de los demás municipios circunvecinos de nuestra ciudad y de nuestra región; de la gobernación de Cundinamarca; a los amigos funcionarios y delegados del gobierno nacional, mil gracias por acompañarnos en esta tarea; al exdirector de planeación nacional que nos acompaña también, Luis Alberto Rodríguez, mil gracias por acompañarnos, no solo hoy sino en toda la formulación de los componentes de este POT; a quien ha liderado la construcción de esta propuesta con la ciudadanía y con todos los servidores públicos de la alcaldía: nuestra extraordinaria secretaria Distrital de Planeación, María Mercedes Jaramillo; y a quienes me acompañan en este conversatorio principal, con el que queremos contarle a Bogotá, cómo es el nuevo POT y cuál es la ciudad del siglo XXI que va a construir, a Margarita Caicedo, gran amiga, lideresa, miembro del Consejo Consultivo de Mujeres de Bogotá y, además, delegada del CTP para acompañarnos en este conversatorio; Alfredo Castellanos de ACOPI, de la Junta Directiva de ACOPI Bogotá - Cundinamarca, un líder maravilloso de todos los gestores de empleo, de productividad, de progreso en nuestra ciudad como son los micro, pequeños, medianos empresarios, los empresarios de nuestra ciudad; a Gustavo Wilches, un gran amigo, un gran ambientalista, un fotógrafo insuperable para quienes tenemos oportunidad de compartir y de disfrutar no solamente sus extraordinarias fotos sino reflexiones y propuestas sobre cómo debemos entendernos y vivir de manera sostenible en este siglo y a Carlos Pardo que, además de ser un buen amigo, es un gran bogotano y un miembro pensador de nuestra comunidad y de nuestra ciudad sobre la movilidad sostenible, sobre la movilidad del siglo XXI que tanto necesita nuestra ciudad y que es una de las principales razones que nos ha llevado a formular esta propuesta de Plan de Ordenamiento Territorial: Bogotá Reverdece 2022 - 2035.
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Esta propuesta de Plan de Ordenamiento Territorial no lleva uno, ni dos, ni tres, ni cuatro años tratando de hacerse, Bogotá lleva doce años tratando de actualizar su Plan de Ordenamiento Territorial, doce, nosotros somos el cuarto gobierno que va a intentar llegar a un acuerdo de ciudad sobre su ordenamiento territorial y ambiental para el siglo XXI; diferentes circunstancias y razones han impedido en el pasado que lleguemos a ese feliz acuerdo, a veces razones políticas a veces razones técnicas, a veces razones legales,
El costo que hemos pagado como comunidad, como ciudad y como región, de no poder tener un acuerdo territorial y ambiental para el siglo XXI, es enorme; lo pagan en su calidad de vida las presentes y futuras generaciones; lo pagan perdiendo oportunidades, patrimonio ambiental y tiempo, en una ciudad muy endurecida, un poco hostil, con un enorme déficit de soportes de cuidados ciudadanos, de servicios públicos, de servicios sociales, que limitan el extraordinario potencial humano y colectivo de nuestros ciudadanos y de nuestra ciudad - región.
Aún así, Bogotá y su región, produce casi un tercio de la productividad y riqueza que se genera en Colombia. Aún así, Bogotá y su región producen más de la mitad de los ingresos con los que cuenta nuestro Gobierno Nacional para invertir en el resto del país.
Si logramos llegar como esperamos llegar este año, a un acuerdo de ciudad, de región y de nación, el potencial que vamos a liberar de creatividad, de empleo y productividad, de sostenibilidad, de inclusión y de cuidado para las mujeres, para los niños y niñas, para los jóvenes, para los adultos mayores, para los empresarios e innovadores emprendedores de nuestra ciudad, va a ser enorme.
Va a multiplicar por varias veces esa contribución a la ciudad, a la región y a la nación. Esta propuesta de Plan de Ordenamiento Territorial honra, como debe honrar, el programa de gobierno que le propusimos a Bogotá en el 2019, cuando le pedimos que nos eligiera como su primer gobierno ciudadano, y como la primera mujer Alcaldesa, diversa e hija de una maestra en esta ciudad.
Honra los 13 acuerdos programáticos que hicimos con la sociedad civil pero, muy en particular, honra el compromiso ambiental por Bogotá que suscribimos con los diferentes sectores ambientalistas de nuestra ciudad, de nuestra región y de nuestro país.
Honrando esas propuestas de gobierno que hoy son programas, planes de desarrollo, presupuestos y hoy un Plan de Ordenamiento Territorial. Le proponemos a Bogotá tener el Plan de Ordenamiento Territorial más verde, más incluyente, más sostenible, más integrador con la región, y de proximidad, y más equitativo en su historia.
Porque eso es lo que los déficit estructurales de nuestra ciudad requieren, pero también porque eso es lo que los ciudadanos de hoy, sobre todo los del mañana, necesitan que hagamos por ellos; que planeemos no solamente la Bogotá de los próximos 15 años sino, en nuestra viabilidad como humanidad, esta era de la emergencia y el cambio climático.
Pero además, diría yo, afortunadamente, este POT nos permite incorporar, avizorar, planear, proponer, y prepararnos para lo que será una ciudad, un país y un mundo post pandemia, dos singularidades que tuvimos que enfrentar en esta época de nuestra historia como humanidad: una pandemia global y la era del cambio climático.
Afortunadamente logramos hacerlo y lo aprobaremos muy seguramente, sabiendo algunas de las consecuencias y previendo muchas de las que puedan suceder hacia el futuro, cómo va a cambiar, cómo nos movemos, nos relacionamos y nos cuidamos de la pandemia a nuestra ciudad.
Nuestra secretaría de planeación nos propuso que tratáramos de hacer esta pieza técnica compleja y maravillosa, lo más comprensible para los ciudadanos y que, por lo tanto, le ajustamos no solamente al cumplimiento de objetivos y metas que tenemos como humanidad, que son los objetivos de desarrollo sostenible, aprovecho para agradecerle profundamente a ONU Hábitat, que nos ha acompañado y asesorado en la formulación de este Plan de Ordenamiento Territorial, para que esté a la altura no solamente de Bogotá y de Colombia, si no del mundo.
Pero también queremos, que toda esta complejidad ambiciosa tenga unos nortes muy claros, siete propósitos muy específicos, que sepamos que este POT lo estamos adoptando para reconocer, ampliar por primera vez en la historia de Bogotá y proteger como ordenante de superior jerarquía, nuestra estructura ecológica principal.
Seguir creciendo desaforada y vorazmente sobre nuestro suelo rural o nuestro suelo ambiental, es suicidarnos por anticipado, es lo que hemos hecho durante 150 años, el cambio climático no lo han producido las abejas, ni las hormigas, ni las aves, el cambio climático lo hemos producidos los seres humanos, por la manera cómo vivimos, cómo producimos, cómo nos movemos, estamos al borde de un no retorno y, por eso, este POT propone parar esta expansión voraz y desenfrenada que se consume el suelo rural y ambiental, sin considerar las consecuencias ambientales de sostenibilidad para las presentes y futuras generaciones; y, por el contrario, en vez de seguir su expansión voraz, nos propone concentrarnos en el suelo enorme que ya ocupamos y ocuparlo mejor y darle mejores elementos de sostenibilidad y mejores soportes de cuidado, y mejor movilidad y mejores servicios sociales.
Nos integrarnos con nuestra región metropolitana para tener una ciudad más próxima hacia adentro y en lo local. Incrementar, por esa vía y por esa decisión, que no es solamente de ordenamiento sino de supervivencia, nuestra capacidad de resiliencia frente a la emergencia y el cambio climático, que cada paso que damos, que cada programa, que cada infraestructura, que cada servicio que prestamos en nuestra ciudad, contribuya a tener mayor capacidad de resiliencia y no menos, contribuya a tener mayor sostenibilidad y no menos, contribuya a dos objetivos o tres objetivos que no son incompatibles sino complementarios, tener desarrollo sostenible, tener una revitalización y mejoramiento de nuestro entorno urbano y, a su vez, tener un desarrollo rural equilibrado.
Las tres cosas son necesarias y son perfectamente posibles y por supuesto hacer dos cosas también que son complementarias y necesarias más aún en los desafíos que nos ha puesto la pandemia. El año pasado tuvimos pandemia, este año estamos sufriendo las consecuencias enormes profundas de esa pandemia: desempleo, pobreza e inseguridad, pero tenemos que superarlas y superarlas más allá de lo coyuntural de largo plazo y estructural que requiere este Plan de Ordenamiento Territorial que, por un lado, promueve el dinamismo, el crecimiento, el desarrollo, el empleo, el trabajo, la creatividad, la innovación, pero a su vez haga que haya mayor crecimiento empleo, desarrollo, que se traduzca en cerrar y no en profundizar las brechas sociales y las profundas inequidades espaciales, sociales y económicas que hay en nuestra ciudad; que reconozca que no es que la pandemia o las cosas estructurales de nuestra ciudad han producido pobreza, han producido sobre todo la pobreza de las mujeres, que esa combinación de crecimiento y desarrollo formal tanto en lo físico como en lo económico se ha hecho a costa del empobrecimiento de las mujeres, de la feminización de la pobreza, que hemos puesto una carga brutal, excesiva, sobre los hombros de las mujeres que nos cuidan en un trabajo no remunerado, pocas veces reconocido y apreciado y que si queremos relevarlas de esa carga tenemos que construir y territorializar un sistema de cuidado que las releve de esa carga, que les devuelva tiempo, oportunidades, educación, trabajo, autonomía, para poder vivir una vida libre de violencias. No solamente las políticas sociales también las políticas territoriales tienen una enorme responsabilidad en contribuir a ese propósito.
Estos son los 7 objetivos del POT y esos 7 objetivos de este Plan de Ordenamiento Territorial queremos lograrlos fundamentalmente a través de 11 políticas públicas que se ejecutarán en los próximos 14 años, que están no solo incorporadas sino detalladas. Cada política pública; la ambiental; la de movilidad sostenible; la de cuidado; la de poblamiento; la de ocupación y aprovechamiento del suelo; la de desarrollo económico y competitividad; la de participación ciudadana, gobernanza y administración del desarrollo; la de revitalización urbana y protección a los moradores y viviendas; la de hábitat y vivienda; la integración regional; la de reverdecimiento; cada una de estas políticas tiene en el POT programas claros a través de los cuales se van a cumplir, proyectos estructurantes, fechas en las cuales se deben ejecutar, indicadores y metas para que cualquier ciudadano de Bogotá a través del Sistema de Evaluación Participación y Seguimiento, que hemos incorporado en este POT, fruto de una de las muy valiosas recomendaciones que nos hizo el Consejo Territorial de Planeación para que podamos verificar que este POT sí se cumpla, no solamente que nos quede bien hecho, no solamente que sea participativo, sino que no sea poesía ni papel, sino proyectos y políticas y programas y metas con indicadores específicos, cuyo cumplimiento podemos verificar a lo largo del tiempo para que sea realmente una construcción de ciudad en los próximos 14 años.
Este es un POT, como lo mostramos en el vídeo que ilustramos al principio, que ha recogido hasta ahora el mayor número de participaciones ciudadanas incidentes plenamente incidentes, a través de múltiples canales, canales presenciales, canales virtuales, que a través sobre todo y como debe ser de la máxima instancia de participación ciudadana de nuestra ciudad, que es el Consejo Territorial de Planeación.
Cada una de los 19 grupos de recomendaciones que nos hizo el CTPD a lo largo de estos meses, y en un trabajo riguroso y dispendioso que apreciamos profundamente, han sido incorporadas en el Plan de Ordenamiento Territorial que hoy radicamos ante el Concejo de nuestra ciudad, pero también hay que decir que justamente acogiendo una de esas 19 recomendaciones, la participación no termina hoy con la formulación y radicación de este POT ante la máxima instancia de nuestra ciudad que es nuestro Concejo Distrital, quien tendrá la última palabra sobre su aprobación.
La participación ciudadana continúa y no continúa no solamente a lo largo del debate que habrá en el Concejo de nuestra ciudad, donde tenemos la certeza de que la señora presidenta del Concejo, María Fernanda Rojas; el presidente de la Comisión del Plan donde se estudiará este POT; el concejal Celio Nieves; harán un proceso participativo riguroso, llevarán a cabo las audiencias y, por supuesto, los cabildos que ordena la ley, sino que, más allá de eso, hemos acogido la recomendación del POT para que, a partir de que sea aprobado, que institucionalizado un sistema de participación evaluación y seguimiento a lo largo de los 14 años de ejecución del POT, tal y cual nos lo pidió el CTPD.
Este POT recoge los debates de 10 años. Mucha gente nos dice “pero ¿cuál es el afán?”. ¿Afán? Llevamos 10 años discutiendo, llegó la hora de decidir qué ciudad queremos tener. Pagamos unos costos enormes si cada vez que vamos a hacer un POT nos demoramos 10 años y cada vez que vamos a hacer una Línea del Metro, nos demoramos 50 discutiendo si lo vamos a hacer o si no lo vamos a hacer.
Cada vez que vamos a hacer una línea del metro nos demoramos 50 discutiendo si la vamos a hacer o no, el mejor Metro es el que empieza y el mejor POT es el que se adopta fruto de este sistema de participación ciudadana y de este seguimiento y evaluación que hemos acordado tener.
Todos los espacios de discusión que tuvimos con el CTPE continuarán tal cual los hemos anunciado, de las solicitudes, recomendaciones, propuestas que nos han hecho los ciudadanos incorporamos las 19 recomendaciones principales del CTPE e incorporamos en promedio el 64% de recomendaciones y propuestas que nos han hecho los ciudadanos a través de distintos canales; a esta altura, de las cerca de 30 mil propuestas y recomendaciones que hemos recibido, el 64% de ellas las hemos tenido en cuenta e incorporado, nos hemos tomado en serio, como nos corresponde, la voz de la ciudadanía. Destacaría estos 10 temas, como mayoritariamente hubo propuestas en las que había preocupaciones, dudas e inquietudes.
Una de las razones por las cuales Bogotá es imparable es porque tiene una ciudadanía extraordinaria, la estructura ecológica de Bogotá se va a cuidar, se va a proteger, se va a ampliar y se va a sostener no solo porque va a contar con este POT sino porque es la principal preocupación y tema por el cual recibimos más aportes de los ciudadanos. Los ciudadanos de Bogotá son plenamente conscientes de la emergencia climática, del cambio climático, de la necesidad de cambiar nuestros hábitos de vida, de la necesidad de pasar de un sistema de transporte masivo basado en troncales de buses Diesel a pasar a tener un sistema de transporte multimodal basado en una red de Metro, alimentado por siete cables, conectados con la región por tres Regiotram, conectado en proximidad por la mayor red peatonal que va a construir Bogotá en su historia, lo va a hacer en este POT, y con una red de infraestructura que se va a duplicar para superar los mil kilómetros de nuestra ciudad. Por eso es que la infraestructura ecológica principal y el reverdecimiento de la ciudad va a ocurrir porque ese es el top uno de la preocupación de nuestros ciudadanos no solamente porque los técnicos que elaboraron este POT, y los Concejales y Concejalas que lo van a aprobar tienen eso como una de sus prioridades, igualmente el tema de emergencia climática del reconocimiento de las diversidades de nuestra ciudad, en nuestro POT no solamente está incluido el enfoque poblacional, todos los enfoques diferenciales, de género, el derecho a la ciudad de todos los tipos y grupos poblacionales, de toda la ciudad especialmente de las mujeres y también nuestra ancestralidad; esto es no solo reconocer para dónde queremos ir sino también de dónde venimos, dónde están nuestros orígenes, cuál era nuestra cosgonomía y cómo podemos reconocerla y honrarla en este siglo XXI.
Un tema que, por supuesto, inquieta a nuestros ciudadanos es que, aunque la ciudad es diversidad, nos aseguremos que esa diversidad mitigue los efectos de convivir en la ciudad, de tener diferentes usos, diferentes actividades, todas necesarias pero reconocer que distribuir bien esos usos y actividades, o mitigar los efectos, cuando coinciden en ciertos espacios, es necesario para la sana convivencia y reconocer también qué hay ciertos usos incompatibles que es mejor ubicar de manera espaciada y distinta en nuestra ciudad.
Proteger, por ejemplo, el carácter netamente residencial de muchos de los Barrios de Bogotá y que el POT garantice esa protección. Este es un POT muy ambicioso, lo reconocemos, pero es que no es para menos; los desafíos de cambio climático, de emergencia climática, de inequidad, de segregación socio espacial, de insostenibilidad, no nos imponen hacer un POT ambicioso. Pero, además, para que este POT no solamente sea ambicioso sino que sea realidad, tiene que poder ajustarse correctamente con otras decisiones normativas y legales que hemos tomado como nación.
Este POT ordena a Bogotá en tres escalas territoriales: La Regional, la Distrital y la local; la Regional fundamentalmente a través del reconocimiento de que nuestra estructura ecológica no es de Bogotá. Ni siquiera es solo de Bogotá-Región, ni siquiera es solo de la Región-central. Es de la humanidad.
Nosotros tenemos el privilegio de vivir a las faldas del sistema de páramos más grande del mundo. Ese es un privilegio a una posesión; pero luego, en nuestra escala regional, este POT reconoce e incorpora de una vez una decisión política fundamental que tomamos para el bien de Bogotá, sobre todo de Bogotá, que es la conformación de nuestra región-metropolitana, Bogotá-Cundinamarca, que ya está creada en nuestra constitución a través de una reforma constitucional que se aprobó el año pasado y que quedará reglamentada en una Ley Orgánica que cursa en este momento su trámite en el Congreso de la República.
Pero también nuestros legisladores decidieron este año actualizar y reformar la constitución de Bogotá, que es el estatuto orgánico, y nuestros legisladores en buena hora, con mucha sabiduría, decidieron que nuestra ciudad tiene que desconcentrarse mejor para poder ser más próxima al ciudadano, para poder servirle mejor. Bogotá no puede seguir teniendo localidades que son más grandes que las ciudades capitales de Colombia. Kennedy es más grande que Barranquilla. ¿Qué sería de Barranquilla si estuviera administrada por una Alcaldía Local de 20 personas y una estación de Policía? No sería la Barranquilla que vemos hoy.
Bosa y Kennedy son el equivalente a Cali, y Suba y Engativá son el equivalente a Medellín. Fontibón es el equivalente a Bucaramanga, y el centro Oriente de Bogotá es más grande que Cartagena.
Bogotá tiene una muy sólida escala, unos servidores públicos extraordinarios y una estructura administrativa Distrital, muy potente, muy poderosa, de un nivel técnico y humano extraordinario, pero necesitamos que nuestra escala local tenga esas mismas fortalezas. El trabajo extraordinario que hacen nuestros maravillosos Alcaldes y Alcaldesas es casi titánico, es siempre con las uñas, así no puede ser la administración, ni la calidad de vida de ocho millones de personas. Por eso el estatuto orgánico y este POT, en consecuencia, prevén que Bogotá pasará de tener 20 localidades, que tienen varias de ellas más de un millón de habitantes, a tener 33 que van a tener en promedio 350 mil habitantes; una escala mucho más humana, mucho más próxima, mucho más comunitaria, donde los ciudadanos se conozcan mejor, donde su participación pueda ser más organizada e incidente; donde su ordenamiento territorial pueda ser mejor planeado, donde su espacio público pueda ser mejor mantenido, donde sus equipamientos y servicios sociales atiendan y cuiden mejor a las mujeres, a los niños, a los jóvenes, a los adultos mayores, a las personas en condición de discapacidad. Integrarnos más y mejor hacia la región y hacernos más próximos, dentro de la ciudad, es un objetivo que aspira cumplir a la vez este POT; cómo ya lo mencioné, asegurarnos que tendremos un sistema de participación, seguimiento y evaluación de nuestro POT para asegurarnos de verdad lo vamos a cumplir.
Yo quisiera destacar dentro de las manchas cosas que podríamos destacar de este POT, cinco que consideramos sus principales invocaciones y nuestros principales orgullos; en primer lugar: este POT será reconocido en Colombia y en el mundo por ser el primero que institucionaliza y territorializa el Sistema de Cuidado para las mujeres, los niños, las niñas, los adultos mayores y las personas en condición de discapacidad. Le propone a Bogotá no solo crear esa red de equipamientos y servicios sociales para el cuidado, sino construir no una Manzana del Cuidado por Unidad de Planeamiento Local, porque entonces darían 33, sino que es tal el nivel de desigualdad. es tal el nivel de inequidad; es tal la deuda social y de equidad y de inclusión que tenemos con las poblaciones más vulnerables de nuestra ciudad y con las mujeres que, para poder reducir esa inequidad y cerrar brecha, necesitamos por lo menos 45 Manzanas del Cuidado que agrupen equipamientos sociales y servicios sociales para el, cuidado, para la equidad, para la inclusión. Eso va a implicar no solamente un cambio en el ordenamiento, sino un cambio en el funcionamiento, nuestras cinco Secretarías y sectores institucionales del sector social; la Secretaría de Salud, la Secretaría Integración social; la Secretaría de Educación, la Secretaría de la Mujer, la Secretaria de Cultura Recreación y Deporte, en adelante y por instrucción de este POT, podrán y deberán coinvertir de manera conjunta, construir equipamientos y servicios de manera conjunta; prestar esos servicios de manera conjunta, distribuir sus equipamientos técnico servidores y funcionarios a lo largo de la ciudad y ancho de la ciudad, 24/7, para poder cuidar a Bogotá, para poder cerrar brechas y para poder brindar servicios de cuidado.
Este POT, para sólo enumerar algunas cosas concretas y para la calidad de vida de los ciudadanos, les dejará a los bogotanos y bogotanas más de 60 colegios nuevos, más de 45 Manzanas del Cuidado, más de 24 hospitales nuevos, más de 41 centros de salud nuevos, y una gran red de equipamientos de seguridad convivencia y justicia, para que todos podamos vivir mejor incluidos, más cuidados, con más equidad y con mejor seguridad, convivencia y justicia, que es un reclamo absolutamente comprensible de nuestros ciudadanos.
Esta es la distribución que propone el POT de las 45 manzanas del cuidado, esas redes de equipamientos y servicios sociales que proponemos. Su ubicación es fruto de un examen técnico muy riguroso que identifica dónde están las poblaciones más pobres de Bogotá y que más nos necesitan. Dónde están, donde viven o dónde proponemos que puedan vivir las personas en condición de discapacidad, dónde están los adultos mayores, dónde están los mayores índices de violencia contra las mujeres, es allá donde se necesitan esa red de equipamientos de seguridad convivencia y justicia, es allá donde se necesitan los servicios del cuidado. Es fruto de todo ese análisis, del cruce de todas esas variables que se propone esta ubicación concreta de 45 Manzanas del Cuidado que nuestro POT.
Este POT, por primera vez en la historia de Bogotá, en vez de depredar y ocupar el suelo rural y ambiental se abstiene de seguir creciendo sobre él; en vez de crecer el suelo de expansión urbana y el suelo urbano, lo que hace es crecer el suelo de la estructura ecológica principal, pero no solamente es crecer en tamaño, es crecer en instrumentos de protección efectiva, para que ese sistema de páramos, para que las diferentes formas y tipos de reservas, para que nuestro sistema hídrico, para que todos nuestros humedales, queden debidamente protegidos y sea nuestra primera y superior estructura de jerarquía de ordenamiento, para que tengan al agua como elemento fundante del ordenamiento de nuestro territorio, como debe ser. Todo esto parece tan lógico, pero no es así cómo hemos crecido, por eso tenemos los desequilibrios ambientales y sociales que tenemos.
Este POT no solamente reconoce que los seres humanos necesitamos medios de movilidad limpios y sostenibles si queremos reverdecer a Bogotá, mitigar el cambio climático; sino que, además, reconoce como deberíamos reconocer siempre que no somos la única forma de vida en este planeta y que, así como nosotros necesitamos Metro y ciclorrutas y cicloalamedas y Regiotram y Cables, hay otras formas de vida que necesitan conectores ecosistémicos, esos son sus metros. Esa estructura ecológica principal está inmersa dentro de nuestra ciudad y nos rodea: todo el sistema de páramos, de cerros, todo el sistema hídrico que nos conecta a nuestro gran río fundacional es el Río Bogotá, que nos conecta a nuestro gran río de Nación es el Río Magdalena tiene muchas otras formas de vida: tiene aves, tiene fauna, tiene insectos, tiene polinizadores; ellos también necesitan transitar por esta ciudad, no necesitan Metro, pero necesitan conectores ecosistémicos, necesitan que, por lo tanto, el páramo, los cerros, los árboles, los jardines, las zonas verdes de los andenes, los humedales, los ríos, las rondas, estén conectados para que esas otras formas de vida, no menos importantes que nosotros, también tengan su lugar sostenible en esta ciudad.
Este POT, por primera vez en la historia, hace eso explícito y lo incorpora como elemento de ordenamiento territorial de nuestra ciudad y de nuestra región, porque la única manera de liderar es liderar con el ejemplo, si Bogotá no lo hace, ¿por qué otros lo van a hacer? Si desde aquí, desde Bogotá-región damos ejemplo, esto va a cambiar no solamente el ordenamiento de Bogotá sino el de Colombia.
Esa gran estructura ecológica principal que es de la humanidad, que es de la nación, que es de la región, tiene dentro de Bogotá el 75 % de su suelo, que esto no se nos olvide jamás; el 75 % de Bogotá es rural. Este plan de ordenamiento honra al campesinado bogotano, lo protege, lo reconoce, le da instrumentos de ordenamiento; también le da equipamientos de inclusión, reconoce su actividad, a veces de servicios ecosistémicos, a veces de servicios agroecológicos y les da herramientas de ordenamiento para que todo pueda ser hecho de manera sostenible y compatible, entre lo ecológico, lo rural y lo urbano; y dentro de nuestra ciudad, ya en la escala más urbana, integra los cerros orientales, esos conectores de colores que se ven en azul, en verde, en amarillo, en ese mapa (imagen) no son colores, son conectores ecosistémicos; por ahí van las otras formas de vida de nuestra ciudad.
A diferencia de propuestas de ordenamiento territorial de administraciones anteriores, este POT se niega a seguir depredando el suelo rural y ambiental del noroccidente de Bogotá, se niega a destruir la única reserva integral que nos queda, conectora de los cerros orientales con el Río Bogotá, que es la reserva de este gran científico: la reserva Thomas Van Der Hammen, que se protege en su integralidad en este Plan de Ordenamiento Territorial.
Había dos formas de destruir el suelo rural y ambiental del noroccidente de nuestra ciudad: una, pasar ese suelo a expansión urbana, como se propuso en el pasado; otra, seguir haciendo grandes avenidas de carriles de carros y tractomulas, para que sigan quemando gasolina y ACPM; además; era la ALO Norte. Este POT ni expande el suelo urbano sobre el norte, ni destruye el suelo rural y ambiental de la reserva Thomas Van Der Hammen, ni hace la ALO Norte, porque cualquiera de las 3 cosas destruiría la ciudad rural y ambiental de esa zona de la ciudad, porque seguir haciendo lo mismo esperando resultados distintos; queridos, no solamente es la definición de incoherencia sino la de locura.
No podemos, en el siglo XXI, en la era del cambio climático, de la emergencia climática, seguir devastando nuestro suelo rural, al contrario, tenemos que protegerlo como lo que es: un tesoro, y tratar de preservar esos conectores ecosistémicos que nos quedan, no solo en el noroccidente, el sur de la ciudad está ya desafortunadamente mucho más consolidado; pero así como hay reserva Thomas Van Der Hammen al norte, hay Media Luna del Sur, al sur de nuestra ciudad que conecte los cerros orientales, el parque Entre Nubes, la zona rural de Usme, de Ciudad Bolívar, que restablezca el cauce, el suelo ambiental, el suelo verde de nuestro Río Tunjuelito, que incorpore nuevas reservas a nuestra estructura ecológica principal, nuevos parques de orden, como el de Cerro Seco, y que conecte toda esa huella ecológica que todavía, por fortuna, nos queda para protegerla, para conectarla no solo al norte de la ciudad sino también al sur de la ciudad.
La inequidad socioambiental es mucho mayor en el sur de nuestra ciudad que en el norte, por eso no basta con proteger la reserva Thomas Van Der Hammen. Importante lo que estamos haciendo, pero que nunca no se nos olvide que la inequidad es mucho peor al sur de nuestra ciudad y que, por eso, esa Media Luna del sur es crucial
Una tercera razón para aprobar este POT es darle a nuestra ciudad y a nuestra región todas las condiciones y herramientas necesarias para desatar una enorme creatividad, para aprovechar todo el talento de nuestros jóvenes, de nuestros innovadores.