Repolla, la historia de una perrita que encontró un hogar en medio de jardines

“Ella nos enamoró con su tranquilidad y belleza. Queremos darle cariño y una segunda oportunidad, lo mejor de nosotros”: Laura y Miguel Ángel, sus adoptantes. Foto: IDPYBA
“Ella nos enamoró con su tranquilidad y belleza. Queremos darle cariño y una segunda oportunidad, lo mejor de nosotros”: Laura y Miguel Ángel, sus adoptantes. Foto: IDPYBA
Publicado:
25
Sep
2021
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El pasado 11 de septiembre, Repolla, una perrita de dos años, encontró una familia que la acogió con amor sellando, así, su nuevo renacer.

El 3 de abril de 2021 el equipo de Urgencias Veterinarias del Instituto de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA), la encontró en una calle de Kennedy, lesionada y adolorida tras haber sido víctima de un atropellamiento.

Su estado de salud era desafiante, pues tenía una afectación cervical y algunas lesiones de tejidos blandos con sangrado, producto del impacto del vehículo que la atropelló. Luego de una primera valoración médica en calle fue trasladada a una clínica para una atención intrahospitalaria.  

Respondió muy bien al tratamiento médico y a la rehabilitación física, pero en el proceso los especialistas descubrieron que tenía una condición adicional: presentaba convulsiones. En ese momento, se prescribió un tratamiento complementario al planteado inicialmente, y, por fortuna, el resultado fue muy satisfactorio. 

En la foto está Repolla con su nueva familia:

familia
Repolla encontró un nuevo hogar en una jornada de adopción en el Jardín Botánico. Foto: IDPYBA

El 2 de agosto culminó el tratamiento profiláctico y ese mismo día ingresó al programa de adopciones del IDPYBA. Y poco más de un mes después, en medio de las plantas más exuberantes e icónicas de nuestro país expuestas en el Jardín Botánico, Repolla cautivó el corazón de una familia que se comprometió a ofrecerle un hogar para su renacimiento.

“Ella nos enamoró con su tranquilidad y belleza. Queremos darle cariño y una segunda oportunidad, lo mejor de nosotros”, afirmaron Laura y Miguel Ángel, sus adoptantes. “Ella es una perrita que ha sufrido y que no ha contado con alguien que la cuide; juntos vamos a salir adelante”, afirma con ilusión esta joven pareja.