Juan Carlos Gil es la imagen de la campaña ‘Bájale al acelere’, a través de la cual, la Secretaría de Movilidad, promueve la reducción de velocidad en las vías de Bogotá. Esta estrategia, busca llegar a un grupo específico entre todos los actores viales: los motociclistas.
Durante 2020, en el 50 % de los siniestros fatales registrados en Bogotá, estuvo involucrado al menos un motociclista. De los 377 fallecidos en eventos fatales, 153 eran ocupantes de una motocicleta (131 conductores y 22 pasajeros), 8 de cada 10 víctimas fatales eran hombres entre los 20 y 30 años y 7 de cada 10 ocupantes de motocicleta, eran mujeres.
Es por la manera como estos casos se presentan, que la tragedia de Juan Carlos se convierte en una referencia importante para retratar el fenómeno de los siniestros viales en los que cientos de motociclistas pierden la vida cada año: exceso de velocidad, desacato de las conductas mínimas de seguridad vial y, sobre todo, una cotidianidad acelerada, en la que el tiempo se convierte en un verdugo y también en pretexto para saltarse las normas en las vías.
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El 26 de noviembre de 2015, en horas de la mañana, él y su novia se estrellaron cuando conducía una moto y buscaba afanosamente que ella llegara a tiempo a su trabajo. Ella perdió la vida y el estuvo en una larga recuperación, después de perder una de sus piernas.
Portal Bogotá. ¿Cómo toma la decisión de contar un acontecimiento tan difícil?
Juan Carlos Gil. Siempre me ha gustado ayudar a otras personas y más cuando se trata de estos temas. Yo perdí a mi pareja y mi pierna, concientizar para salvar vidas es muy importante, porque esos acontecimientos no se pueden devolver en el tiempo.
PB. ¿Cuál es su mensaje para los conductores y conductoras que siguen violando los límites de velocidad?
JCG. Que tomen conciencia, que se percaten de las cifras tan alarmantes, que no alcanzarán a dimensionar la tragedia hasta vivirla en carne propia. Que piensen que hay hechos que son irreparables. Retomar desde el punto en el que yo estoy es difícil, ya no tengo una pierna y eso implica volver a adaptarme. Es algo muy complejo.
PB. Hoy en día, las personas no tienen paciencia y eso hace que el tiempo sea un factor de riesgo. Pues, por ejemplo en los trancones, la falta de paciencia hace que tomen decisiones riesgosas. ¿Qué les diría a ellos?
JCG. Que se detengan a pensar un momento que la vida es valiosa. Así como se vive en un mundo que va “a mil”, la vida se va también en un abrir y cerrar de ojos. Es muy importante recordar que somos responsables de nuestros propios actos y que estos tienen efectos sobre las otras personas en las vías.
PB. Mucha hablamos de las tragedias de los siniestros viales, pero poco sobre la recuperación de los afectados. ¿Qué podría compartir usted desde su experiencia?
JCG. Toma mucho tiempo. No solo por el estado en el que queda el cuerpo, sino también por la pérdida de un ser querido. El vacío, en mi caso, de perder a mi pareja, es algo irreparable. La vida es muy valiosa.
PB. ¿Cómo reacciona usted cuando, en su entorno, encuentra personas excediendo los límites de velocidad?
JCG. Yo intento crear conciencia todo el tiempo, uso incluso mis redes sociales para ello. El problema es que a muchas personas no les gusta. Sin embargo, cuando cuento mi historia la percepción es otra, aquí hay una oportunidad para que muchos entren en razón.
La historia de Juan Carlos y la creciente cifra de siniestros viales por exceso de velocidad evidencian la conexión directa que existe entre estos sucesos y la salud pública. Así lo expresó la doctora Ivy Lorena Talavera, médica salubrista y asesora de Familia, Promoción de la Salud y Curso de Vida de la Organización Panamericana de la Salud en Colombia.
Portal Bogotá. ¿Cuál es la relación entre la siniestralidad vial con la salud pública?
Ivy Lorena Talavera. Hay que tener una visión desde los riesgos que se tienen al decidir conducir un vehículo. Cuando se conduce en altas velocidades, se altera todo el entorno, los sentidos y la toma de decisiones. Tener percepción de riesgo y de los factores que lo comprometen, es tener perspectiva de salud pública.
La siniestralidad vial representa grandes riesgos sociales, económicos y también incrementa la carga de servicios de salud.
PB. ¿Qué tanto afecta la carga de servicios de salud la siniestralidad vial?
ILT. El COVID-19 puso en una situación muy difícil los servicios de salud de la región, en parte porque no estábamos preparados. Sin embargo, con la retoma de la normalidad en las diferentes actividades, la siniestralidad vial aumenta aún más la carga. Debemos invertir recursos en prevención para que los hospitales respondan a los problemas más complejos. El sentido común de la salud pública tiene que aplicarse en todos los niveles.
PB. ¿Mucho se le atribuye a la responsabilidad ciudadana, pero cuál es la contribución de los privados y el mismo Estado en la manera como nos organizamos como sociedad, para no ser tan demandantes con el tiempo?
ILT. Hay una percepción individual y colectiva del tiempo que están vinculadas con la salud mental. Esto tiene que ver mucho con organizarnos, no solo con el tiempo, sino también con nuestras prioridades. De esta manera evitamos que, al correr o acelerar en procura de cumplir esos límites impuestos, corramos más riesgos.
PB. Y también está pendiente hablar de la discapacidad como consecuencia de la siniestralidad vial…
ILT. Las cifras son bastante altas, quedan lesiones de columna, de miembro, daños cerebrales. Pueden perderse la audición, la visión y muchas otras capacidades. Los jóvenes, que son la mayoría de las víctimas, están quedando con discapacidades y son todo nuestro capital humano productivo.
El coronel Héctor González, jefe de la Seccional de Tránsito y Transporte de la Policía de Bogotá, también se refirió a este asunto y aseguró que las cifras de comparendos son alarmantes y una señal de que es hora de actuar para reducir los siniestros viales en Bogotá.
Portal Bogotá. ¿Cómo van las cifras de exceso de velocidad según la información que maneja la policía de tránsito?
Cr. Héctor González. Se han impuesto más de 80.000 comparendos por exceso de velocidad. Esto ha convertido esta infracción en uno de los principales factores que incrementa la siniestralidad.
Hemos sancionado 7.825 conductores de motocicleta por no cumplir con la revisión técnico-mecánica de sus vehículos. Uno de cada cuatro de los conductores siniestrados no la tenían, esto eleva cada vez más los riesgos.
PB. ¿Cuáles son los corredores viales donde más se imponen sanciones por exceso de velocidad?
CHG. Los principales corredores de movilidad de la ciudad. Especialmente, la autopista sur, la avenida Boyacá, la avenida Villavicencio, la avenida de las Américas, la avenida Ciudad de Cali y la NQS. La mayoría se concentran en personas que se mueven desde el sector suroccidental y la localidad de Suba.
PB. ¿En qué localidades se concentran la mayoría de siniestros viales?
CHG. Kennedy, Engativá y Suba. En ese orden.
PB. ¿Cuál es el mensaje de la policía de tránsito para los bogotanos?
CHG. Lo más importante es que seamos conscientes de la responsabilidad que nos asiste como actores viales: llevar las prendas reglamentarias, el casco, las luces funcionales, revisar el estado técnico-mecánico de los vehículos. Esto no se trata de incomodar o molestar, todos los controles son preventivos para reducir los siniestros y salvar vidas.