Detrás del alcalde: colegios que parecen universidades

Programas de la Alcaldía

23•Abr•2024

Es viernes en Engativá, los niños, niñas y jóvenes de la jornada de la tarde en el colegio Nydia Quintero de Turbay no solo están ansiosos porque pronto acabarán su semana de estudios. La emoción está en el aire pues esperan al alcalde Enrique Peñalosa, que los visitará para hacer entrega de la remodelación de su colegio.

Papás, docentes, exfuncionarios y exalumnos están reunidos en la nueva sala múltiple esperando al alcalde. En una de las paredes hay un gran letrero, en este se lee: “Bienvenidos a un nuevo comienzo”.

Y sí que lo es, los más de 900 estudiantes soportaron las incomodidades de estudiar en medio de obras de remodelación durante más de un año. Ahora, a pesar de que están próximos a salir de vacaciones, no pueden esperar a regresar para aprovechar al máximo esta nueva sede.

Tal es el caso de Alejandra Herrera, personera de colegio, y Paola Trespalacios, representante de los estudiantes. Por estar en once son las que menos aprovecharán este nuevo espacio, pero serán la primera promoción en graduarse del nuevo colegio. En diciembre de este año recibirán sus diplomas en la misma aula donde ahora esperan al alcalde.

¿Su mayor expectativa? Regresar en julio para estrenar los laboratorios de química antes de la graduación. “Queremos experimentar más”, coinciden.

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Sueño Itipista

En otro punto de la ciudad, concretamente en el barrio Fátima (localidad de Tunjuelito), los estudiantes del Instituto Técnico Industrial Piloto también anhelan que pasen rápido las vacaciones para poder estrenar colegio.

En el comedor del plantel remodelado hay una serie de pancartas, con firmas de padres, profesores y exalumnos. En estas resaltan frases como: “Colegio público con calidad y dignidad”, “Cuida y valora nuestro colegio”, y, así, muchas otras.

Estas expresiones de la comunidad reflejan el anhelo por un colegio renovado. Y es que ya no daba para más: la institución operaba hace cerca de 80 años y no daba abasto para atender a casi 2.400 alumnos en dos jornadas. La renovación era, por decir lo menos, urgente y necesaria.

Los jóvenes de bachillerato tuvieron que repartirse en dos sedes, una en Quirigua, donde estudiaban los de sexto a noveno grado, y otra en el Tunal, para los chicos de décimo y once.

Esto cuentan Karime Rahaman y Tatiana Jaimes, dos amigas que hoy cursan décimo grado y que ingresaron al colegio Piloto desde cuarto y quinto, respectivamente. Reconocen que el último año no fue fácil, y por esto esperan ansiosas el fin de las vacaciones de mitad de curso para poder estrenar sede.

Formación para el futuro

Karime y Tatiana hicieron una muestra folclórica para el alcalde en la inauguración del colegio,  pero su único interés no es la danza. Cuentan que gracias a la formación que reciben en el colegio les ha empezado a llamar la atención el diseño y la arquitectura, e incluso se ven estudiando en Alemania en unos pocos años.

Estas amigas explican que en noveno eligieron hacer su técnica en diseño. Los programas técnicos fueron modernizados con un énfasis en las nuevas tecnologías.

Al preguntarle al rector John William Velásquez explicó que el colegio “se ha venido repensando debido a que seguíamos teniendo prácticas pedagógicas que iban encaminadas a la formación de hace un siglo y no la actual”.

Por eso, desde hace tres tres años empezaron a transformar los programas. Por ejemplo, dibujo técnico, lo que estudian Karime y Tatiana, ahora se llama diseño y se enfoca en dos ramas, el diseño industrial y la arquitectura. Mientras que la electrónica está evolucionando a mecatrónica, disciplina más útil para la actual demanda de las empresas.

Exalumnos destacados

El testimonio de que ese enfoque funciona lo dan cientos de exalumnos que han hecho carreras exitosas después de egresar del Instituto Piloto. Uno de ellos es Felix Sastoque, quien, tras su grado en 1991, empezó una carrera en sistemas que lo llevó a diferentes empresas en tecnología, entres esas Alfa People, en la que hoy se desempeña como gerente general.

Sastoque acompañó al alcalde Peñalosa en el recorrido de las nuevas instalaciones y no dejaba de admirarlas: “La infraestructura que hoy les están entregando muestra un cambio abismal. El diseño es impecable”, señaló.

Cerca al alcalde y a Félix iba Carmen Castro, madre de tres “Itipistas” (como se les dice a los estudiantes de ese colegio). Al preguntarle por sus hijos, explica que los dos mayores (ya egresados) tuvieron la oportunidad de estudiar becados gracias a la gran formación que recibieron. Se le iluminan los ojos al contar que el mayor se encuentra estudiando en Chile.

Por eso no es de extrañar que fuera una de las más emocionadas con el recorrido. “Le mandé las fotos a mis hijos y uno de ellos me contestó: ‘No, mami, eso parece una universidad’”, comentaba orgullosa a una pareja de papás que la acompañaban.

“Venir acá dan ganas de estudiar”, continuó Carmen emocionada. Mientras los otros padres asentían. Y es que la infraestructura sí hace la diferencia en la experiencia de aprendizaje, y esta motivación es la que se quiere contagiar a los 15.000 niños, niñas y jóvenes que están disfrutando de 16 colegios reconstruidos.